Reportaje / Convertir áreas verdes en casas traerá colapso urbano
Caraqueños exigen más oxígeno y menos concreto
El Plan de Emergencia de Viviendas empezó por la capital. El gobierno nacional se dispone a aprovechar los espacios públicos para atacar la grave carencia de soluciones habitacionales. Frente a esto, las comunidades se activan ante lo que llaman un “ecocidio”
Frente a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), bordeando parte de la avenida Bolívar, se oye un ruido sordo. El taladro sigue su faena, mientras montículos de tierra se van acumulando con el paso de los días. Numerosas motocicletas de funcionarios policiales rodean el espacio, ahora controlado por maquinarias y cemento. Está en proceso. Los 3 mil metros cuadrados de área verde que hacen vida en el paseo Vargas desaparecerán para dar paso a siete edificios. Así como en este lado del centro de Caracas, también otros espacios ambientales de la ciudad se verán mermados a raíz de estas medidas, acabando con los escasos sitios vitales de recreación.
La ordenanza de convertir al parque Vargas en un proyecto habitacional para 776 familias ha atraído a cientos de personas contrarias a la medida. Lo que más preocupa a los vecinos de La Candelaria, San Agustín y Santa Rosalía, y a los concejales de la ciudad, que han hecho acto de presencia en las adyacencias del sector para mostrar su descontento, es el supuesto “ecocidio” que se realiza en el lugar. Por mencionar una de las consecuencias de estas acciones, alrededor de 78 árboles del paseo –algunos de ellos de más de 103 años de antigüedad y que forman parte de los 627 que se levantan en la avenida Bolívar-, serán demolidos, a pesar de ser un patrimonio ecológico.
Adiós, oxígeno
El paseo Vargas es parte de toda una tradición histórica. Comenzó a construirse hace 27 años en terrenos desocupados. Fue un proyecto que por Decreto Presidencial le ofrecía a Caracas la oportunidad de reconstruir su centro urbano a través de una avenida monumental, con inmensas aceras y una gran cantidad de árboles y jardines.
En 1985 una ordenanza estableció los usos y el proyecto de diseño urbano en las 34 hectáreas que abarca el parque. Desde finales de los ochenta, una normativa vigente protege a este espacio natural de la creación de asentamientos urbanos. Esta garantiza el aprovechamiento de la zona con uso exclusivo de recreación, deporte, cultura, locales comerciales y oficinas gubernamentales.
De esto se han aprovechado los que abogan porque se paralice la construcción urbanística en este sector. Sin embargo, contrario a lo meramente legal, este año se aprobó la reforma en primera discusión en el Concejo Municipal de Libertador, que permite la edificación de viviendas en el lugar.
“Lo que van a inventar es que el Concejo Municipal de Libertador les modifique la ordenanza, pero además quieren hacerlo saltándose los plazos que establece la ley, con el argumento de la urgencia”, explica el profesor de Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Marco Negrón.
Pero a pesar de que este proyecto se enmarca en el Plan de Emergencia de Viviendas para los afectados por las lluvias en 2010, los vecinos insisten en que la decisión causará un grave impacto ambiental. El director de la Comisión de Planificación y Desarrollo Local del Concejo Municipal de Chacao y secretario general de Venezuela Alternativa, Christian Chirinos, asegura que se perderán 500 hectáreas de espacios verdes en Caracas con los proyectos habitacionales en los parques Cristóbal Rojas, Vargas y El Ávila. Es decir, equivalente a un espacio siete veces el tamaño del Parque del Este.
Según un estudio registrado por el movimiento Venezuela Alternativa, se han intervenido 14 espacios públicos, parques nacionales y municipales. Entre ellos están el parque Arístides Rojas, El Ávila en diferentes puntos, el Parque Caiza, el parque Mariches, el parque Macarao, la Universidad Simón Rodríguez en Caricuao y La Carlota.
Para Negrón, la destrucción de estos lugares constituye un hecho sumamente grave, dada las carencias que hay que la ciudad de áreas verdes. Afirma que aunque se convirtieran a las cien hectáreas de La Carlota en un parque, el espacio vegetal por habitante apenas aumentaría a 1,3 metros cuadrados, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda, al menos, diez metros cuadrados por persona.
Servicios con fecha de vencimiento
El impacto ambiental también tiene que ver con el colapso de los servicios públicos básicos. Este es uno de los asuntos que las comunidades aledañas han querido plantear. Sin embargo, Andrés Bello, concejal metropolitano, afirmó que el Concejo Municipal de Libertador les ha negado la participación en un cabildo abierto para la discusión de estos temas.
“El paseo Vargas no tiene capacidad de drenaje, porque siempre fue considerado espacio público. No tiene la capacidad de servicios que debería tener un conjunto residencial. Además, las parroquias de acá, La Candelaria y Catedral, no tienen una planimetría de lo que deben ser los drenajes de la ciudad. Seguimos teniendo las mismas tuberías desde 1948”, explica Chirinos.
Lo cierto es que el drenaje de Caracas fue construido desde hace 30 a 50 años y quedó obsoleto e insuficiente para canalizar las aguas de lluvias. Hay una falta de mantenimiento preventivo y continuo que deben ejecutar las autoridades locales, afirma Celia Herrera, presidenta de la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Transporte y Vialidad (Sotravial).
“Va a pasar lo mismo que está ocurriendo en el este de Caracas. Derribas lo que está y no ves las construcciones que tienen que ver con servicio subterráneo para esta zona. Eso quiere decir que se van a conectar con los mismos servicios de drenaje, de cloacas, posiblemente de gas, de agua, que están canalizados para todas estas zonas. Esto va a traer, lógicamente, racionamiento, colapso de drenajes, que ya lo tenemos en la mitad de Caracas”, asegura el director de Planificación y Desarrollo de Chacao.
Chirinos considera que ni el gobierno nacional –al que le corresponde construir y mantener el servicio de cloacas- ni el municipal –que le toca disponer del sistema de drenajes- han intervenido en estos servicios desde hace poco más de 40 años. Agrega que a esto se exceptúa cuando se hizo la primera fase de proyecto Guaire, en Caricuao.
Junto al servicio de aguas, también hay otro factor agravante: el tráfico. La parroquia La Candelaria se conoce como una de las zonas con más caos vehicular de Caracas. Tan sólo por nombrar un ejemplo, allí confluyen todos los autobuses por puesto que viajan hacia el centro de la ciudad. Eso era, precisamente, lo que argumentaban los vecinos del sector cuando se planteó convertir al Sambil en un centro de convenciones y locales comerciales.
“Si bien es cierto que aquí hay una gran cantidad de transporte, no es menos cierto que La Candelaria está colapsada porque muchos de los edificios no tienen puestos de estacionamiento y no hay capacidad para más”, manifestó Chirinos.
La ley de la improvisación
Para crear un complejo habitacional, se necesitan, no sólo viviendas, sino también los servicios básicos que las complementen. En eso concuerda el presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano del Cabildo Metropolitano, Alejandro Vivas, quien considera que el acelerado proceso para construir el proyecto tiene el propósito único de adelantarse a los próximos comicios. “No sólo es el techo y las cuatro paredes en parque Vargas, pues los vecinos merecen hacer vida social. Se requiere, entonces, una planificación que se informe”.
El problema de la improvisación no es nuevo. Según un trabajo de El Universal del 13 de mayo de 2011, 135 hectáreas ocupan las principales invasiones que se han desarrollado en la capital desde el año 2001. Es decir, cada mes la ciudad ha perdido un área mayor a una manzana completa de vegetación (cien metros por cien metros), para ser sustituido por ranchos.
Hoy, en medio de las protestas ante el proyecto que acabará con el parque Vargas, el presidente del Cabildo Metropolitano, Luis Velásquez, hace una aclaratoria: “No nos oponemos a la construcción de viviendas, estamos en contra de la improvisación".
El concejal del Cabildo Metropolitano, Andrés Bello, indicó que hasta el momento "hay un total desconocimiento de la mayoría de los vecinos de la zona sobre si ya se hicieron los estudios" previos a la construcción, en cuanto al impacto ambiental y a la viabilidad del proyecto.
Sin embargo, aunque la comunidad ignore cuál es el plan que orienta la construcción, aseguran que existen otros sitios de Caracas que podrían aprovecharse mejor para la vivienda, en lugar de acabar con el escaso pulmón vegetal.
Durante un foro que se realizó en el lugar, Zulma Bolívar, presidenta del Instituto Metropolitano de Urbanismo, señaló que existen otros terrenos vacíos que pueden usarse. "Hay zonas de expansión, como Mariches, El Junquito o el sureste de la ciudad. No podemos decir que no se construyan más casas, pero debe hacerse una planificación".
Por su parte, Chirinos mencionó que la ciudad tiene espacios en las áreas populares que se pueden habilitar en forma vertical, como en El Valle, Coche y en el barrio José Félix Rivas del municipio Sucre. Asimismo, existen otras propuestas, ofrecidas por el presidente del Cabildo Metropolitano, en Artigas, El Recreo, La Charneca y 23 de enero.
[Reportaje realizado por Andrea Montilla Kauefati y extraído de Correodelavila.com]
No hay comentarios:
Publicar un comentario